sábado, 13 de marzo de 2010

03:42

Cumpleaños
mañana trash: vómitos y resaca MUY jodida. nunca más tomo, nunca más tomo. Hoy cumplo 25 años al pedo, tomo alcohol igual que a los 15. Pero con otro hígado. tarde estrés: ser anfitriona me angustia. Me puteé con las personas que intentaban ayudarme, lloré, me reconcilié, cociné, pegué guirnaldas verdes, rojas y blancas, colgué la piñata mexicana, puse globos y manteles también rojos, verdes y blancos. Mi madre, sorprendentemente, no arruinó mi cumpleaños; de hecho, lo salvó. Tomó las riendas de la cocina justo a tiempo para evitar una debacle y sus resultados fueron exquisitos. Mi mejor amiga, en New York, me mandó flores, un mail sintético y muy tierno, y me llamó. noche relajada: me puse el bigote y el sombrero mexicano y obligué a los invitados a tomar un shot de tequila. Serví las fajitas, me relajé, me reí. A las 00:05 hs: mensaje de cheating bastard: "Feliz cumple. Que lo pases lindo. Te quiero." Timing ideal, porque un minuto después, era la hora de romper la piñata con un palo de escoba. Shot de tequila, ojos vendados, y, a few spins later, un par de swings violentos a la piñata, modo ideal de lidiar con el reciente mensaje que, en realidad, técnicamente fue enviado al día siguiente. Charlas sexuales propias de mis amigas en frente de algunos amigos ruborizados y el reciente novio de una de ellas, creo que algo perturbado por el grado de detallismo propio de Jane Austen. Algún tiroteo entre estos masculinos y las amigas de mis hermanitas. Regalitos: un vestido que usé para la velada, una capelina negra demasiado glamorosa, 2 libros. Muchas risas y cero presión: nada de estar midiendo los actitudes de los otros para sentirme no querida, ni ninguna necesidad de salir después (habiendo dormido 3 horas, no era, claramente, algo que deseara). 3 am. This is the end. Adiós a los más íntimos y a los trasnochados. Ordené un poco, lo necesario para despertarme mañana y no deprimirme. Balance de este cumpleaños: positivo, absolutamente. Ningún incidente molesto, al revés, muchos gestos muy tiernos. Me divertí, creo, básicamente por dos razones: planeé un festejo definido, kitsch, divertido, y salió genial. Por eso, en vez de pasármela haciendo balances originados en llegar al cuarto de siglo, mi energía estaba en hacer algo divertido. Segundo, no traté de complacer a nadie más que a mí misma, y no me la pasé midiendo lo que hacían los demás para demostrarme lo poco que me querían: truco de gente media psico y con vacíos afectivos importantes -as me-. Y aprendí algo: si le pongo alegría a lo que hago, los demás probablemente también lo hagan. Si no hago nada para que nadie me desilusione, nadie va a hacer nada tampoco, y voy a ser yo la desilusionada. Balance de cumplir 25 años: Claramente, si después de padecer todos mis cumpleaños, decidí festejar este, fue para, justamente, no hacer este balance.

2 comentarios:

querés melón? dijo...

feliz cumpleaños señorita.

Bloody Mary dijo...

Muchas gracias Srito.