domingo, 24 de junio de 2012

Y después de la última decepción viene otra

Que es peor. Que es cuando ya no te importa. Entonces, en una cena, está él. Y parece que no te importa. Entonces te decís "qué bueno, ya está, ya no me importa". Entonces él termina llevándote a tu casa, y hablás una hora en el auto, y es de noche y es peligroso. O eso dice. Entonces, después de mil indirectas de él, lo invitás a subir. Y sube. Y tomás un té, y él toma agua. Y te reís como antes. Y te lo querés bajar.

Pero él dice que se tiene que ir, que se va. Bajás a abrirle y te tira la boca un poco, apenas. Y vos entonces lo besás, apasionadamente. Y él, entonces, cuando pensaste que nunca se te iba a dar y se dio, te frena. En seco. Y te dice "pará, era solo un beso de despedida". Y vos te reís. 


"Dale, dame otro beso", le decís, sonriendo, sin entender qué está pasando. Y te da un beso, tierno, pero muy corto. Y se aleja y te dice: "Estamos acá, en el pasillo, ¿qué creíste que iba a pasar?" Y le decís que te está haciendo sentir mal. Y te responde: "¿no es eso a lo que me dedico?"

¿No es eso a lo que me de-di-co?

Y le abrís la puerta, y empieza a cruzar el umbral. Y te retumban sus palabras en la cabeza, como aturdida. A eso, a eso se dedica. 

El portazo interrumpe la última frase que pronunció: "che, Ceci..."

domingo, 10 de junio de 2012

La última decepción es liberadora y trae alegría


El pibito ya fue. Ya no me desvela, ya no me acuesto pensando en él.

Pero creo que me atrae su mejor amigo, y yo a él.

domingo, 3 de junio de 2012

Hey Stella!


La diferencia entre la obsesión por una estrella de Hollywood actual y una del pasado, lo que lo hace menos cache, si se quiere, es que la última está muerta. Hay algo mórbido en mi enamoramiento por Marlon Brando.