martes, 22 de junio de 2010

Manual de instrucciones para levantarte a un profesor

Mi abuela: todo es cuestión de ejercitar esto (se señala la lengua). Y pedile a un compañero que te empuje delante de él, tirate al piso. (Sus ojos le brillan, sonrisa pícara, mira de reojo a su novio y después me mira pero distante, está allá lejos y hace tiempo...)
Mi madre: aconseja no seguir recomendaciones propias del año del jopo. Sonríe mucho más histéricamente. Le da placer poder ser evidente, le da placer tenerme de rehén de una de esas historias que jamás quise escuchar. En su CV figura la conquista de dos profesores. Me provee de detalles pragmáticos: hablale siempre después de clase, reite, y antes de la última clase le decís que querés tomar un café con él para discutir detalles de la materia o de tu carrera.
Mi amiga: tenés que ser muy obvia, porque la parte difícil la tiene él. Vos tenés que romper el hielo. ¿Cómo? Y... la última clase dejale un papelito en su escritorio con tu número.

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