sábado, 28 de mayo de 2011

Presupuestame la vida

Probabilidades cercanas de comenzar a tener una vivienda, dejar de ser una okupa del dpto de mi hermana. Cero ganas de escribir. Algo de este blog ya se siente como del pasado. No sé cómo describirlo, es una sensación. Me resulta imposible "ser" su autora, como si necesitase entrar en personaje, un personaje del que me costó mucho salir en la vida. y al que no quiero volver. Eso. No estoy abatida, ni deprimida. Por primera vez en mucho tiempo estoy contenta, siento que hay posibilidades, proyectos, que puedo. Así, intransitivamente. Puedo.

Cortar con la mierda es difícil. Más aún cuando te fascina un poco. A mí me fascinan las patologías de mi familia. La bipolaridad de mi padre, la depresión suicida de mi hermana, la locura indefinible de mi madre. Algo de un abismo que rodea lo vital, para amenazarlo, y definirlo, y cercarlo, algo de eso emerge en mi familia. Algo de eso que yo, creo, conecto con la literatura, un emergente extraño e inexplicable en esta sociedad. Y hay ahí, para mí, algo de verdad. Sin embargo, entiendo que hay dos opciones en la vida: sentarse a contemplar el abismo, ese resto de verdad amenazante e inefable, y temerosamente admirar paralizado su profundidad; o mudarse del lado de allá, del lado de lo vital, reprimiendo de algún modo ciertas inquietudes propiciadoras de esa quietud asombrada y resignada a la vez, o quizás elaborándolas con alegría: "sólo sé que no sé nada, ¿y qué?" Ya que estamos, escuchemos algo de Django Reinhardt o veamos Intrusos un rato. Algo así.

No hay comentarios: