viernes, 1 de enero de 2010

Abúlica

No. Ni siquiera podría decir deprimida. Aburrida. Quizás. Resignada (?) Apática...
Ni siquiera me preocupa que mi little sis no haya probado bocado alguno durante las cenas de estas recientes fiestas. Ni siquiera me puso triste la perpetua depresión paterna que lo convierte en un perpetuo indiferente e inmutable ser ante cualquier contexto. Ni siquiera me irritó mi madre, que, en una de sus afamadas actuaciones dramáticas, logró hacer que se suspendiera la cena de fin de año y de despedida de mi laburo, echándome la culpa ante -mis ahora- ex jefes. Nada. Ni siquiera me autocompadecí por no haber salido en año nuevo, ni hoy viernes, ni el fin de semana pasado. Ni siquiera le reproché a mis amigas que no me hayan respondido mi trillado mensaje de feliz año. No. Me pica la crostita de la rodilla y mi bello vello púbico está tan largo que me la paso enrulándolo. Es un vicio. Me duele, por eso, el dedo índice izquierdo. Mañana me depilo, mañana me depilo. No tengo sueño, ni hambre, ni ganas de ver tv, ni de leer más. Necesito vacaciones de mí.

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