Una buena manera de evitar la exposición prolongada a la familia que, como ya fue ampliamente demostrado, tan danina puede ser, es la siguiente:
Enciérrese en alguna habitación a leer. Cuando lo llamen a poner la mesa, a revolver algún mejunje, o a "pasar tiempo" con ellos, adviértales: "es que me propuse como meta de fin de año terminar de leer esta novela".
A mí, ayer, me funcionó. Y terminé
Flores robadas...
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