martes, 16 de febrero de 2010

bitter end

malestares varios. intentando abandonar el modo pensamiento rumiante, pero no encuentro la tecla off. otra noche sin dormir, otro día desperdiciado. juntando voluntad para evitarlo, con té de tilo en mano, lleno 3 hojas de un cuaderno Gloria con lisititas de asuntos pendientes. cuaderno que, oh ironía, iba a ser destinado como habitáculo de un diario de viaje que nunca escribí. 23 días desde que volví y nada. idea recurrente desde mi mañana (léase 3 de la tarde): hacer un cartel que diga CHANGE y pegarlo en la puerta de mi cuarto. pero hasta eso me dio fiaca. creo que me convertí en una persona amargada. ¿cuándo habrá ocurrido la metamorfosis? ¿habrá sido un cambio gradual o repentino? nothing seems to work for me these days. no sé. quizás sea solo una sensación. pero el peso de las expectativas (bajas, bastante bajas) que me autoimpongo me agobia. y casi ni eso puedo hacer. me gustaría hablar con alguien que me entienda, pero creo que - erróneamente pensando, como ahora veo, que eran ellos los que, como el lado positivo de un imán, atraían mi lado negativo y lo hacían más poderoso- me deshice de toda relación con sujetos perturbados o depresivos (salvo mom and dad, of course... pero con ellos jamás se pudo dialogar). Y ahora, con un entorno de gente funcional me he convertido en una apática amargada versión loser 2.0. Y, encima, carente de amigos ebrios, poetas, abúlicos y/o depresivos con los que salir a jugar.

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