sábado, 10 de abril de 2010

pequeña venganza cotidiana

Soñé que me bajaba a Riquelme. Va, técnicamente no, porque él no tenía mucha idea. Él se frotaba contra mí más bien. Y yo, medio harta de tanto foreplay extraño, le decía la tenés que meter ahí. Él se enojaba, mucho. Cómo alguien osaba cuestionarlo. Y se iba.
Riquelme no sólo me parece horripilante, sino que además siempre lo detesté, especialmente para hacerle la contra a mi ex cuando todavía no era mi ex, y mucho mucho más especialmente después, cuando convertí a Boca en objeto de odio/venganza ante mi ex, maldición y todo incluida.
Cambié la música y creo que sirvió. Mejor humor. La torta de cumpleaños de papá no se me quemó, milagro.
Y, una vez cada taaaantoooo, UNA buena: pequeño sabor a venganza cuando, hablando/histeriqueando con chongo de larga data, el mismo que mi ex destestaba (lo intimidaba), aparece mi ex, lo veo de reojo dubitativo. Para, cerca. Se queda mirando, no sabe qué hacer. Pasa el tiempo, se harta, se decide. Viene a saludarme, la voz le tiembla. Me parecía una descortesía no venirte a saludar. Payback time. Igual, lo sé: too little, too late a comparación de lo de él. Respuesta seca, molesta. Sobrás, molestás, dejaba entrever. Se va. Chongo-levantador-de-ánimo, al instante, afirma: "no puedo creer que lo elegiste a ese en vez de a mí. Sos una hija de puta." -Pausa- "estás mejor sin él, te sacaste un peso de encima."
nota: relacionar sueño de Riquelme con encuentro con mi ex.
Igual verlo, interactuar con mi ex, apaciguó esta recaída en el duelo. De a poco, deja de ser un fantasma perfecto que me sigue, burlándose de todo lo que discurre pésimamente en mi vida.

1 comentario:

Fran dijo...

A ver, es hora que alguien lo diga: a Riquelme le falto un poco de incubadora.