domingo, 25 de julio de 2010

...y el mundo es más frío desde entonces...

ni todos los twitters del mundo podrían igualar la cantidad de auto puteadas bien merecidas que atravesaron mi cabeza en un micro segundo, ese instante clave que es el momento de la decepción: y no, como me hubiese imaginado hace unos días, por ser una chica sin códigos. no. tal como jamás hubiese previsto, fue por depositar algún tipo de fe en un erratico proyecto de hombre y en cierta profusión inesperada, antes, de señales de interés romántico y/o vivencial. quizás soy muy fácil de desilusionar, no sé. pero mi teoría para mes amies últimamente es whatever works, obvio, porque Woody Allen es la Biblia, pero también que las cosas nunca son tan complicadas y que si dos (o tres, o cuatro, o cinco, etc.) sujetos/as quieren estar juntos (ni digo comprometidos, ni "novios", ni tampoco "ser compañeros" como mi amado J. afirmaba de su ex, me suena demasiado peronista), digo estar juntos como en vivir juntos a la Barthes, como en ser felices no matter what label - en fin, eso- sea cual fuere el pacto convivencial establecido, sea cual fuere el ritmo y las frecuencias de la relación, si se quiere (en el doble sentido del término) se puede. ni vuelta que darle. y me alegré de no haber tirado todo resquemor por la borda y seguir teniendo mis recelos sin atenuación porque así no valdría la pena.

y encima me resfrié y no tengo ganas de googlear masters ni prolongaciones de mi academic life para dentro de unos meses y sólo querría editar videos, esa nueva adicción, pero, tristemente, me quedé sin la cámara y sin material. y, también, sin comida: la paja de vivir con la enana de mierda, como hace una semana decretaron los desquiciados que dicen manejar esta familia, es que se come toda la comida para después digerir un cuarto, at best.

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